Personajes: Charlie Swan y Renée Dwyer

Charlie Swan

El jefe de policia de Forks es Charlie Swan, un hombre rudo por fuera que siempre se ha caracterizado por su prudencia y buen corazón, le gusta la vida tranquila y sin preocupaciones, posee un carácter tímido y sigiloso que heredó a su hija Bella, la razón de su existir aunque le cueste mucho trabajo demostrárselo.

Charles Swan nació un 12 de agosto en la ciudad de Forks Washington en el año de 1964, creció en un ambiente agradable y sin preocupaciones, sus pasatiempos favoritos siempre han sido la pesca y el fútbol, siempre fue un ser tímido y solitario hasta que conoció a Renée Dwyer, una alocada y hermosa muchacha de pelo rojizo que se enamoraría de él pérdidamente.

En aquel entonces Charlie no se sentía agraciado físicamente, a pesar de ser un joven guapo de cabello castaño oscuro y rizado con unos enormes ojos color chocolate que heredaría Bella, además de cuerpo atlético y grata sonrisa.

Era el año de 1987, Renée y Charlie en una noche de locura deciden viajar a Las Vegas y casarse por sorpresa, hasta que pocos meses después, en septiembre de ese año, nacería Bella, la niña que cambiaría el destino de Forks para siempre.

La familia vivía plácidamente en el poblado, en compañía de los amigos entrañables de Charlie: Billy y Harry, dos miembros de la tribu Quileute que se hicieron amigos de Charlie con el paso de los años, lo que haría que sus hijos Jacob y Bella jugaran de niños todo el tiempo.

Pero las ambiciones y carácter alocado de Renée harían que ella se hastiara de esa vida en el pueblo y buscara otros horizontes más allá de “Apreciar el fútbol en casa”. Ambos se divorciaron cuando Bella tenía 6 meses, situación que llevó a ambas a Phoenix Arizona y a Charlie sumido en la más terrible soledad.

Charlie siguió con su carácter antisocial y humanitario, y nunca se repuso de la separación, pues amaba profundamente a Renée y extrañaba a su hija, por lo que acordaron que ella fuera a visitarlo cada verano, naciendo una hermosa relación entre ambos.

Mientras pasaba el tiempo y la vida en Forks seguía su rumbo, Charlie continuaba con su trabajo de jefe de policía hasta que le llegó la extraordinaria noticia de que su hija de 17 años se iria a vivir con él para no molestar a su madre en su nuevo matrimonio con un beisbolista, lo que llenó de alegría a Charlie y cambió su vida drásticamente.

Bella y Charlie son tan parecidos, que cuando se encuentran juntos cometen tonterías y se tropiezan con todo, además de hablar poco e incómodamente, la comunicación no verbal entre ambos es lo que demuestra que se adoran y entienden perfectamente.

Pasado el tiempo Charlie y Bella logran una simbiosis extraña, lo cual causa celos en el jefe de policia al ver que esta se enamora de Edward Cullen, un joven adinerado que la protege demasiado, y que la hará pasar por peligros insospechados, aunque Charlie ni se entere de lo que pasa realmente, por lo que apoya más la relación de Jacob con ella, además de estar encantado con sus amigas, en especial por Alice Cullen, quién la encuentra adorable y buena influencia para su hija.

Cuando Edward abandonó a Bella, Charlie se sintió realmente desesperado por la salud de su hija, que a pesar de tener buenas notas y cumplir en la escuela y en el trabajo, parecía llevar una vida vacía, era como si no tuviera sueños, por lo que agarró cierto rencor a Edward por lo ocurrido, situación que luego corregiría al aceptarlo como futuro yerno.

A pesar de la muerte de su amigo Harry y las extrañas cosas que suceden en la Push, Charlie con ayuda de Jacob, se da cuenta de que su lugar de origen no son tierras precisamente normales, e intuye que Bella estará bien y protegida, pues al conocer a Renesmee se da cuenta que los Cullen no son una familia normal, seguido del secreto de Jacob, hacen que el padre de Bella comprenda todo.

Charlie rehace su vida al lado de Sue Clearwater, quién lo alimenta en la Push mientras todos andan en la búsqueda de Victoria, por lo que logrará que se enamoren y vivan juntos al instante, cosa que deja tranquila a su hija sobre el destino de su padre.

Charlie permanece en la vida de Bella tras la transformación de esta, sabiendo que los Cullen no son del todo humanos, pero ignorando que son vampiros y toda la locura que esto conlleva, excepto las leyendas Quileute, que son reveladas al jefe de policia al no tener un código de prohibición al informarles a los humanos.

Renée Dwyer

La alocada madre de Bella Swan es Renée Higginbotham, una mujer con espíritu aventurero y muy olvidadizo, que a pesar de ser impulsiva y muy infantil, tiene un instinto de observación que la harán deducir el destino de Bella aunque no lo comprenda del todo.

Renée Higginbotham Dwyer (Apellido del segundo esposo), nació en Phoenix, Arizona en el año de 1968, pero su alocada vida de estudiante, la llevaron a Forks en Washington que es donde conoció aCharlie Swan, un guapo policía que la trataría con ternura y delicadeza, sin embargo, la vida sedentaria y la monotonía, la llevarían a seguir buscando nuevos horizontes.

Gracias al carácter impulsivo de Renée, hizo que ella y Charlie se casaran sin avisarle a nadie en Las Vegas Nevada, una repentina boda que terminaría en fracaso gracias al carácter tan distinto de la pareja, lo que culminó en divorcio cuando Bella cumplía sus 6 meses de nacida.

Renée es una mujer alta, con el pelo rojizo que heredó Bella, ojos azules y de piel clara, además de poseer un carácter extrovertido e inquieto, Renée nunca maduró, lo cual hizo que Bella cuidara de ella desde su corta edad, invirtiéndose los papeles de madre e hija al momento de las decisiones en el hogar.

Gracias a eso, la madre de Bella se casa con Phil Dwyer, un jugador de béisbol profesional de una liga menor, razón por la cual la chica decide irse a pasar un tiempo en Forks a vivir con su padre, lo que fue el detonante para conocer a Edward.

Al sentirse culpable por todo, Bella asume que estorbaría a su madre y rehace su vida en el poblado con el que pasaba los veranos con su padre. Eso provocará que en distintas ocasiones, Renée le pida que se vaya a vivir con ella y su marido a Jacksonville, pero al conocer a Edward, inmediatamente se da cuenta de que será en vano.

Renée es alguien con una mente suspicaz con un toque infantil, nunca se las puede arreglar sola, cambia de religión como de hobbie e intuye que entre su hija y Edward existe una relación antinatural, no porque sospeche que Edward sea vampiro, sino por la extraña simbiosis y sobreprotección que hay entre ambos.

Renée asume que su hija se casará con Edward por amor, y nunca puso objeción alguna, pues conoce a su hija y sabe que ella nunca ha sido una adolescente, pues la cuidó y ayudó desde temprana edad.

A pesar de que se divorció de Charlie, le guarda un cariño especial y lleva con él una relación civilizada por lo que confía en lo que el padre de Bella le diga, esto será fundamental a la hora de justificar la ausencia de Bella durante el embarazo de Renesmee su nieta, que por cierto nunca conoce para protegerla de los Volturi, decisión que tomaron entre Charlie, Edward y Bella, pues la niña es de una belleza sobrenatural y con increíbles capacidades de enseñarte lo que hay en su mente, por lo que Renée no sabe ni sabrá, que su hija vivirá para toda la eternidad.